Corazón Coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Mario Benedetti
Los Heraldos Negros
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
César Vallejo
Ágape
Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada.
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.
He salido a la puerta,
y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!
Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.
Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!
César Vallejo
¿De qué se ríe?
(Seré curioso)
En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles
tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse
los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles
cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple
cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde
y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite
allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve
después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.
Mario Benedetti
Róbame y Te regalare
Róbame el suspiro que esconde mi silencio,
y te regalare mi voz y mi aliento.
Regálame el brillo que proyecta tu mirada,
y te robare el dolor que a gritos callas.
Róbame un beso lleno de amor eterno,
y te regale un ungüento, para tu herido corazón.
Regálame la miel que derrochan tus caricias,
y te robare el mal, que opaca tu sonrisa.
Róbame la chispa del fuego y la pasión
y te regalare momentos llenos de ilusión.
Regálame el rubor que adorna tus mejillas,
y te robare toda sombra de amargura.
Robáme la oscuridad que cubre mis recuerdos,
y te regalare una nube que albergue tus anhelos.
Regálame el perfume de tus cabellos
y te robare uno a uno tus lamentos.
Robáme los fantasmas del ayer,
y te regalare en un instante el más sublime placer.
Regálame el lienzo maravilloso de tu cuerpo,
para pintar en él la esencia de mis versos,
y te robare el velo que esconde tus secretos.
Robáme el primer rayo de sol que acaricia mi ventana,
y te regalare el primer rayo de luna que ilumina la penumbra.
Regálame las gotas de rocío que baja suavemente por tu espalda,
y te robare esas noches de tristeza y soledad.
Robáme apresuradamente el final de un cuento,
y te regalare con gusto un mundo nuevo.
Regálame tus labios plasmados en una servilleta,
y te robare con cariño el miedo a soñar despierta.
Robáme lo que ya es tuyo, llévate mi corazón,
y te regalare mi alma en la melodía de una hermosa canción.
Lord Enrique
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